La ansiedad es una condición que presenta una persona en el momento en el que comienza a procesar cognitivamente miedos, inseguridades, incertidumbres…. todo en un periodo de tiempo que ni ha sucedido ni está aconteciendo. Es decir, la principal característica que debemos tener en cuenta, para entender qué representa la ansiedad, es su carácter «premonitorio» o de anticipación.
DIFERENCIAS EN LA CONCEPTUALIZación
No es lo mismo decir «estoy ansioso» que «soy una persona ansiosa». ¿Porqué? Porque «estar ansioso» es una cualidad que todo el mundo es capaz de experimentar a lo largo de su vida, mientras que «ser ansioso» es un rasgo de personalidad. En este segundo caso, nos referimos a la manera que tiene la persona de gestionar y procesar las situaciones diarias.
Abreviando: el «estar» es algo puntual, mientras que el «ser» es más o menos* permanente y estable pues suele venir fijado por hábitos y/o patrones conductuales, emocionales y cognitivos.
*Digo «más o menos», porque a través de una terapia cognitivo-conductual es posible modificar algunas directrices de nuestra personalidad para, en caso de generar condiciones desadaptativas e incapacitantes para la persona, ayudar a ésta a generar nuevos recursos y estrategias que promuevan un estado de bienestar.
Génesis de la ansiedad
La ansiedad es una condición que vive una persona y que viene determinada por los genes y que se modula a través de experiencias y/o sus correspondientes procesos de aprendizaje.
Toda persona desde que nace tiene capacidad de sentir ansiedad, pues resulta ser una elaboración de la propia manera de pensar. Es decir, que es un resultado del proceso cognitivo. No obstante, como antes indicábamos, hay personas en las que la «facilidad» por experimentar ansiedad no es tan frecuente como en otras. Y ahí es donde entra el rol de la genética y de las vivencias/ aprendizajes.
Así como una persona de personalidad más tranquila/sosegada puede vivir un momento de alto nivel de ansiedad, es más probable que quien tenga una personalidad «ansiosa» experimente con mayor frecuencia lo que este estado conlleva.
ROL DEL ESTRÉS COMO CAUSA
El estrés representa un desequilibrio entre lo que una situación requiere y la persona siente que es capaz de gestionar. Es decir, las exigencias situacionales son mayores a la percepción de competencia personal. Ante esto, el organismo segrega cortisol (hormona) para generar una serie de activaciones internas que ayuden a a la persona a realizar lo que se le demanda.
El estrés en sí, no es perjudicial para la salud ya que representa una ayuda para la persona. Sin embargo, un estrés sostenido en el tiempo, con exposición constante a la hormona del cortisol, sí. Lo que ocurre es que se dan una serie de modificaciones internas en el organismo, tanto a nivel fisiológico como también anatómico y estructural. Consecuentemente, el resultado final de dichas modificaciones sí generan un estado de malestar, de incapacidad y de enfermedad.
ALTERACIONES DERIVADAS DEL ESTRÉS
El pensamiento es fruto de cómo nuestro sistema nervioso central (SNC) integra y procesa la información que recibe. Por tanto, un fallo en la ejecución y en el trabajo de éste, generará unos pensamientos distorsionados o poco adaptativos y/o saludables. Paralelamente, también promoverá sentimientos negativos derivados de la interpretación de lo que la persona está procesando. Y es que debemos ser conscientes de que la persona constantemente esta sintiendo y reaccionando a su medio de manera emocional.
*Para ver en qué se diferencia la emoción del sentimiento os dejo una entrada donde os lo explico detalladamente: PINCHA EN LA FOTO.
Algunas de las modificaciones internas, de las que previamente estábamos comentando, se relacionan con la transmisión de los neurotransmisores. Así mismo, en qué medida se segrega un tipo de transmisor u otro se vincula con la funcionalidad de la estructura cerebral. Es decir, cuando existe un cambio anatómico en una zona del cerebro, la segregación del neurotransmisor encargado de dicha zona o que interviene en dicho espacio se verá afectado.
…La serotonina…
La serotonina es un neurotransmisor relacionado directamente con el estado de ánimo. Así mismo, tanto en la depresión, como en la ansiedad se ha visto que un déficit tanto en la captación, como en el nivel de segregación, resulta ser uno de los motivos por los cuales aparecen los signos y síntomas asociados a dichas patologías.
En los trastorno de ansiedad, por ejemplo, la modificación en la expresión de la serotonina, es una de las principales causas orgánicas de la ansiedad. Las áreas en las que interviene son el eje: hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA), además de en la amígdala. Cuando existe alto nivel de estrés, el metabolismo de dichas áreas cerebrales se ralentiza . Por ende, las neuronas serotoninérgicas (trabajan con la serotonina) transmiten la información más lentamente y con menor intensidad. Además, las interrelaciones neuronales pueden verse modificadas creando menor redes neurales que sustenten el sistema serotoninérgico.
SÍNTOMAS Y SIGNOS CLÍNICOS DE LA ANSIEDAD
Cuando se dan condiciones de ansiedad, el organismo experimenta una serie de síntomas y signos clínicos.
DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DE ANSIEDAD
En el organismo rige una ley para la preservación de una condición de salud: la homesotasis. Éste término hace referencia al hecho de que la misma biología, la cual sustenta nuestra existencia, intenta mantener unas condiciones internas estables y equilibradas. Sin embargo, como ya hemos visto, en respuesta a la ansiedad, éstas condiciones pueden verse alteradas. A consecuencia de ello, nuestro cuerpo cuenta con un proceso denominado alostasis, el cual interviene para re-estabilizar aquellos sistemas que se han visto descompensados.
¿Cuándo se dice que el organismo requiere de una intervención externa específica para ayudar a que el organismo vuelva a sus condiciones de línea base? Hablemos de…
FACTORES DIAGNÓSTICOS
1º Intensidad: El nivel experimentado. A mayor nivel de ansiedad, mayor malestar y peores consecuencias tanto a nivel cognitivo, como emocional y conductual. La intensidad requerida en el diagnóstico es aquella que incapacita, limita y genera problemas graves en la vida diaria de la persona. Niveles extremos en la intensidad puede derivar en un «ataque de ansiedad».
2º Frecuencia: El número de veces en los que los niveles de ansiedad son altos u ocasionan un malestar significativo en la persona. En caso de diagnóstico sirve de referencia, por ejemplo, la presencia de un ataque de ansiedad al mes.
3º Deterioro: El daño o problema que genera la presencia de esta condición en la vida de la persona. Puede afectar a su ámbito laboral (dificultad por rendir…), ámbito familiar (alta irritabilidad, problemas intrapersonales…), ámbito social (miedo a determinados contextos sociales…), ámbito académico (dificultad por mantener la concentración…).
REFERENCIAS:
Fiksdal, A., Hanlin, L., Kuras, Y., Gianferante, D., Chen, X., Thoma, M. V., & Rohleder, N. (2019). Associations between symptoms of depression and anxiety and cortisol responses to and recovery from acute stress. Psychoneuroendocrinology, 102, 44-52.
Garay, C. J., Donati, S., Ortega, I., Freiría, S., Rosales, G., & Koutsovitis, F. (2019). Modelos cognitivo-conductuales del Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Langarita-Llorente, R., & Gracia-García, P. (2019). Neuropsicología del trastorno de ansiedad generalizada: revisión sistemática. Rev. neurol.(Ed. impr.), 59-67.
Marrero, R. R., & del Rivero, E. D. P. F. (2019). Trastornos de ansiedad. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(84), 4911-4917.