EL COLAPSO POR ANSIEDAD

A menudo las personas que padecen ansiedad han experimentado ese momento en el que «algo se rompe» y ya no consiguen realizar aquella tarea o tareas para las que se había estado preparando. A ese sentimiento se le denomina Colapso por ansiedad.

En su día ya presenté que era la ansiedad y qué implicaba o cómo aparecía en la vida de una persona. Es por este motivo que, habiendo definido concretamente qué es y que no, pasaremos a centrarnos en la cuestión del colapso.

Para empezar, debemos tener presentes componentes que forman parte de la propia ansiedad: el miedo (reacción emocional ante una amenaza) y la activación (la energización o preparación del organismo). ¿Porqué esto es importante? Porque nos va a permitir comprender cómo una persona llega al colapso.

¿La ansiedad genera el colapso?

No, pero en cierta manera está implicada. Lo que es importante saber es que la ansiedad persé no es la precursora de nada en concreto. Cuando la persona vivencia un ataque de ansiedad (por ejemplo), no es la propia ansiedad quien lo ha desencadenado, sino la reacción emocional y la valoración subjetiva de la situación que ha realizado previamente la persona. Lo mismo ocurre con el colapso. Este fenómeno no acontece porque la persona padezca ansiedad, si no porque la valoración personal y el procesamiento cognitivo no están en consonancia.

Según la perspectiva que la persona tome de la ansiedad, ésta puede tener un efecto beneficioso o perjudicial.

Por ejemplo:

representación del yo

Atleta A cuando le sudan las palmas de las manos: «el organismo ya está fisiológicamente activado. Ya estoy preparado para entrar en acción». ACTIVACIÓN

Atleta B cuando le sudan las manos: «estoy demasiado nervioso. Existe mucha presión y no voy a poder controlarme.» MIEDO

¿Va por separado entonces la activación del miedo? No, las personas según valoren las situaciones les pesará más un aspecto que otro. Y ahí reside la diferencia fundamental. A partir de ahí, el afrontamiento generará una respuesta u otra: en algunos será un ataque de ansiedad, en otros un colapso, en otros una mejora en su rendimiento, en otros mayor capacidad de concentración…

Génesis del colapso

El colapso suele acontecer cuando una situación se reitera. Esto es, la persona ha vivido con anterioridad una situación y ésta al no haber cumplido con las expectativas, genera cierta incertidumbre. Por lo tanto, para que el colapso llegue a darse, es importante tener presentes estas características:

1.- La persona sentía que era capaz de haberlo hecho mejor.

2.- Se tenía la suficiente motivación para lograrlo.

3.- La situación era lo suficientemente importante a nivel personal.

Teniendo esto en cuenta el desarrollo es el siguiente:

La persona con las expectativas no cumplidas de la vez pasada, se presenta a una situación similar con cierta incertidumbre/ miedo. Ante esto, la ansiedad aparece a modo anticipación de «lo que puede ocurrir». Bajo dicha presión, el organismo consume muchos recursos de la memoria de trabajo y este hecho implica que el cerebro lleve a cabo un inadecuado procesamiento de la información relevante para la tarea que se desea llevar a cabo. En ese momento, la persona que es consciente de la dificultad en la concentración, dirige su atención no tanto a la propia tarea, sino que la reorienta hacia su mundo interno. Este hecho, en numerosas ocasiones implica un Parálisis por Análisis.

*Parálisis por Análisis:
ATENCIÓN

Ocurre cuando un trabajo que ya ha sido automatizado deja de salir de manera natural. Esto es, bajo parámetros de exigencia, el organismo deja de actuar de manera natural para intentar controlar TODO lo concerniente a la tarea que desea abordar. Así visto parece una optimización de los recursos personales para mejorar el propio rendimiento, sin embargo esto no es así. La sintomatología propia, la revisión continua del mundo interno, las reglas/normativas establecidas, los tiempos, miedos y expectativas irrumpen a modo de tsunami y tanta información al mismo tiempo no permite focalizar la mente en la tarea principal. La atención se dispersa.

Una vez entrada en la fase de parálisis, la dificultad presente por reanudar la tarea y solventarla genera un «crack» cognitivo. La presión de la situación supera la propia capacidad para llevar a cabo la tarea. Ahí surge el colapso por ansiedad.

*Estos síntomas pueden diferir según la tarea o la labor que se pretenda llevar a cabo. Pero hay que prestar especial atención a la dificultades cognitivas presentes y a la interiorización hacia el estado de uno mismo (alejarse de la tarea).