¿Cómo se desencadena el ataque de ansiedad? ¿porqué y cuándo se origina? En su día expusimos que la ansiedad se origina a patir de la anticipación de un pensamiento negativo/ catastrófico y/o poco cercano a la realidad. Sin embargo, son muchas las dudas e incertidumbres sobre el hecho de qué se siente al padecerlo. Muchas personas, cuando lo sufren, suelen expresar: «me volvía loco/a», «me ahogaba», «pensaba que iba a morir», «es terriblemente desquiciante»…
Desde luego, no son pocas las ocasiones en las que una persona acude a un centro sanitario en el momento en el que sufre un episodio. Realmente la sintomatología es tan desagradable que suele disparar fácilmente el pánico en las personas.
QUÉ REPRESENTA UN ATAQUE DE ANSIEDAD
Si analizamos el ataque de ansiedad desde una perspectiva psicológica, éste representa una llamada de acción por parte del organismo hacia la persona. Existe un problema, un conflicto, un miedo o incertidumbre que genera malestar. Sea cual fuere la naturaleza que provoca unas condiciones de estrés exacerbadas, debe ser resuelto o gestionado. Ya es hora de poner fin a la situación.
Desde un punto de vista más biológico o fisiológico, podría verse como que la continua exposición del organismo a los niveles de cortisol, adrenalina y noradrenalina han empezado a afectar al funcionamiento interno. Los órganos se han visto afectados (p.e. el hipocampo pierde tamaño), los sistemas endógenos pueden haber cambiado sus ritmos o funciones (p.e. la serotonina es menos interceptada por neuronas serotoninérgicas) e, incluso a nivel celular*, éstas pueden verse afectadas (p.e. las mitocondrias no responden adecuadamente provocando estrés oxidativo).
*A nivel celular: el proceso de apoptosis puede ser modificado. Como consecuencia, la persona puede desarrollar multitud de patologías severas como Alzheimer, Parkinson, Osteoporisis…
CÓMO SURGE UN ATAQUE DE ANSIEDAD
A fin de comprender cómo se desencadena un ataque de ansiedad, debemos tener presente cómo surge una reacción emocional, así como también es imprescindible conocer la diferencia existente entre emoción y sentimiento. Debido a ello, te recomiendo que leas estas entradas (PINCHA EN LA FOTO), ya que así te será más fácil comprender el proceso.
1º REACCIONAMOS EMOCIONALMENTE
Ante todo existe un estímulo. Debemos tener presente en todo momento que la naturaleza de éste es psicológico y de carácter anticipatorio. Es decir, un pensamiento premonitorio.
Una vez que el organismo ha detectado la presencia de ese estímulo, porque ha alcanzado el umbral de sensibilidad, el cuerpo activará el rol atencional. En este momento, la persona es consciente de lo que está sintiendo /padeciendo y comienza a elaborar «hipótesis» sobre lo que está sucediendo. (Aquí vendrían los sentimientos y los pensamientos con mayor complejidad).
En la medida en la que la persona organiza y descodifica mentalmente lo que está viviendo, los recursos cognitivos superiores empiezan a tomar mayor importancia. La memoria puede recuperar recuerdos que refuercen ese «temor o conflicto» que persé existe, así como también puede incrementar la sintomatología trayendo a la conciencia episodios similares que no fueron gratificantes o correctamente gestionados. (Es decir, aquellos que asustaron o impactaron fuerte a nivel emocional). Paralelamente, según las ideas van adquiriendo mayor complejidad, el carácter recurrente de éstos se vuelve más catastrófico. Y es que, un aspecto importante de la memoria, es su capacidad por rellenar aquellas lagunas que la persona pudiera presentar.
2º «La Vivencia Catastrófica»
Así como la memoria tiene la capacidad de recuperar y rellenar huecos vacíos de nuestra vida (muchas veces no somos conscientes de ello), el cerebro en sí cuenta con la facultad de la anticipación. ¿Porqué menciono este aspecto?
Resulta beneficioso para la persona tener en consideración que la mente es algo con lo que nosotros podemos trabajar, sin embargo, si pensamos a nivel de «cerebro» (como órgano), no somos capaces de cambiar tan fácilmente su manera de funcionar. Este hecho requiere de aprendizaje, tiempo y desarrolllo de recursos y habilidades para adaptar el fruto de su trabajo (los recuerdos, por ejemplo) a lo que a nosotros nos confiere salud.
UN EJEMPLO DE CODIFICACIÓN DEL RECUERDO
P.e. El cerebro puede recordar gracias a la memoria. Y la memoria se configura a través de la experiencia de lo vivido + las emociones /sentimientos sentidos. Una persona, sin embargo, puede ser capaz de recuperar un recuerdo de maneras diferentes: depende de cómo su cerebro funcione y cómo su mente trabaje la información recibida. Una mente con recursos y habilidades, es más probable que recuerde un episodio desagradable de manera que impacte con menor intensidad en la persona. Por el contrario, si dicha mente, no desarrollarse el cómo trabajar la información que su cerebro está recibiendo, es más probable que ante una situación incómoda o dañina sea recordada de manera mucho más impactante.
Volviendo al tema que hoy nos confiere: dependiendo de la capacidad de la persona de ir gestionando lo que su organismo está experimentando, a nivel biológico y fisiológico, la respuesta que acompaña a la situación va a ser más o menos intensa.
Dado que estamos ante un ataque de ansiedad, comprenderemos que en este caso, el SNC está altamente excitado e hiperactivado. Por ende, hormonas como el cortisol, la noradrenalina y la adrenalina, junto con el neurotransmisor de la acetilcolina aumentan en sus niveles y concentraciones. Esto provoca dos cuestiones importantes: promueve sentimientos ya que incide en el plano emocional de la persona y también, desencadena nuevas respuestas tanto orgánicas como fisiológicas.
3º El sentimiento de Pánico y la Angustia
Según el SN se va activando más y más, lo que sus hormonas provocan en el organismo es la presencia de diversos síntomas y signos clínicos (en la ansiedad se le llama ANGUSTIA). Este hecho, representa una traducción de lo que la mente está elaborando al plano más físico de la persona (generalmente se le llama «somatizar»).
Antes mencionábamos el hecho de que el cerebro tiene la facultad de anticiparse. Y es que ciertamente, éste trabaja con las consecuencias probables de manera constante. Ni durmiendo el cerebro se apaga, sino que aún cuando estamos inconscientes, el SNC sigue recibiendo información del exterior . Dicha información, se trabaja y entra a formar parte de las «probabilidades». Es decir, se considera el impacto de lo información recibida y se generan «hipótesis sobre lo que ello puede acarrear en la persona». Obviamente, este trabajo en el periodo del sueño es mucho más básico que en momentos de vigilia donde el raciocinio es consciente en la persona. Aun así, el cerebro sigue jugando a las anticipaciones. (De hecho, es común que las personas suelan soñar con aquello que temen, les preocupan o les generan inseguridad.)
¿Cómo derivamos de una alta excitación del SN al pánico?
Cuando la mente trabaja con posibilidades, con pensamientos premonitorios, con hechos probables de manera recurrente, aquello que es «mental» acaba traduciendose en algo físico (somatización). Si ese juego anticipatorio es de carácter negativo, se despierta el lado del miedo. Y tener miedo es algo bueno. Quien no tiene miedo, tiene un problema que debe solventar ya que la ausencia de dicha emoción es totalmente nociva para el bienestar íntegro de la persona. Lo que ya no es saludable, es un miedo constante que crece en intensidad. Y como hemos mencionado al inicio de esta entrada, las emociones desenbocan en sentimientos.
El pánico es la mayor expresión emocional del miedo. Y cuando la mente detecta aquello que nos da miedo, el mismo cerebro genera una respuesta acorde a la intensidad de ese miedo. Cuando el umbral del temor se sobrepasa, la persona colapsa, desencadenando una serie de respuestas que motivan a la persona a salir de esa situación.
LO ESENCIAL Y MÁS CURIOSO DE TODO
Como decíamos el peligro en este caso viene determinado por lo que nuestra mente está elaborando. ¿Porqué el juego de probabilidades propio de nuestro cerebro nos puede acabar dañando a nivel personal? Si la anticipación es un hecho automático del cerebro, ¿en qué momento se vuelve en nuestra contra?
Como resalto en varias entradas, depende del umbral de activación de la persona: el cómo se gestiona ese miedo a nivel psicológico incide en el plano biológico y fisiológico (y viceversa). Personalidades más sensibles, son más proclives a sufrir un impacto emocional en las situaciones desagradables. Del mismo modo, organismos con tendencia a segregar cortisol y con problemas orgánicos en la recepción de la serotonina, también pueden tener facilidad en padecer estos episodios.
El ataque de ansiedad, por tanto, es responsabilidad de la mente y del mismo cerebro. Cierto es que ambos pueden incidir en la labor del otro, aun así el desarrollo y el deseo de aprender de la persona a gestionar las situaciones puede disminuir las probabilidades de padecer estos sucesos.
REFERENCIAS:
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