Vamos a establecer definiciones clave en el campo de la Salud y la Enfermedad, porque es muy común que hasta los mismos profesionales tengan dudas de cómo nombrar o categorizar una padencia/ dolencia. Así mismo, ahondaremos un poco más e intentaremos establecer algunos parámetros importantes para distinguir cuándo hablamos de un concepto y cuando hacemos referencia a otro.
DEFINICIÓN DE SALUD
Primeramente comenzaremos estableciendo una definición de qué es la salud, qué áreas lo componen y cuando podemos afirmar que una persona está sana.
Es común que las personas en su habla habitual describan el estado de salud como la mera ausencia de enfermedad, pero ¿es esto realmente así? ¿Diríamos que una persona ciega esta sana? ¿Cómo valoraríamos el estado de salud de una niño/a autista? Como vemos, el tema de la salud resulta ser más complejo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud adquiere la siguiente definición: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades» (Año 2020).
Como podemos observar, según la manera en la que la OMS concibe el estado de Salud, un niño con autismo o una mujer ciega, no gozarían de salud. Y en ambos casos, dado que esas padencias no son ser reversibles (a priori) no serán personas sanas a lo largo de su vida (conceptualmente).
DEFICIÓN DE ENFERMEDAD
El antónimo por excelencia de lo que conceptualmente entendemos por Salud, viene identificado mediante la palabra de Enfermedad. Aun así, una persona que llora porque su padre ha fallecido, ¿se considera no-sana? No, socialmente. Pero si acuñamos a la OMS, podría entenderse que sí.
La enfermedad se define por la Real Academia Española (RAE) como la alteración del estado de Salud. Además, incluye una especificación también al ámbito moral y espiritual (donde cabría el concepto «psicológico») que apunta a una pasión «dañosa» e, igualmente, a una alteración en la persona.
¿Qué entendemos, por tanto, qué es una enfermedad? Este concepto representa una alteración del estado fisiológico y psicológico que puede afectar a diversos ámbitos de la persona: al físico, al mental, al emocional y al social. Ello viene acompañado de un síntoma/ signos o un síndrome que nos indica la severidad de la enfermedad y de su posible evolución. Los efectos más comunes que suelen generar son el deterioro y el debilitamiento de la persona (dese igual en qué área).
DEFINICIÓN DE SÍNTOMA y SIGNO
Como hemos mencionado una enfermedad viene acompañada de un síndrome o de un síntoma, los cuales nos indican que el estado de la persona se está viendo alterado. Representa la señal de alarma.
El síntoma es el concepto que señala la expresión de un cambio en la persona que no genera o no contribuye a ese estado de bienestar que definía la OMS. Es preciso señalar que de carácter subjetivo en la persona, es decir, se da por válido la presencia de esa alteración en la persona a través de la confianza que tiene el profesional en su paciente.
En caso de dar posible evidencia objetiva de ese factor que está perjudicando a la persona, estaríamos haciendo referencia a un Signo. Es decir, la persona expresa algo que le sucede y el profesional es capaz de verlo y valorarlo por sí mismo.
Por ejemplo: estos serían unos síntomas » estoy triste, me siento ansiosa, no descanso bien …». Y los signos harían referencia a «llorar, la fiebre, los tics involuntarios, descamaciones en la piel,…»
DEFINICIÓN DE SÍNDROME
Cuando hablamos de Síndrome, hacemos referencia al conjunto de síntomas que presenta la persona. Es decir, forman un cuadro clínico a partir de diversas alteraciones. Se enumeran los síntomas que conforman el estado de la persona y que pueden dar lugar a la presencia de una enfermedad/ trastorno o no.
Por ejemplo…. el Síndrome de BournOut: la presencia de los síntomas y signos que pueden favorecen la posterior aparición de un trastorno de ansiedad o de depresión (no es obligatorio). Se da una sintomatología y un cuadro clínico en la persona que le genera malestar; sin embargo no se puede valorar dicho malestar como que la persona está enferma mentalmente o está padeciendo un trastorno mental. Tiene un carácter estable en un periodo de tiempo, pero no incapacita a la persona de manera que se defina dicha situación como la presencia de un trastorno. Y tampoco tiene su origen en alteraciones físicas y biológicas que vayan a evolucionar. En qué medida va a impedir a la persona gestionar su día a día es lo que va a diferenciar el síndrome de un inicio de trastorno, así como del cuadro clínico que vaya presentándose.
DEFINICIÓN DE TRASTORNO
La definición de trastorno hace referencia a la presencia de un malestar en la persona que deriva de un procesamiento cognitivo inadecuado, desadaptativo para la persona. Como consecuencia de esa manera de procesar la información o los estímulos, la persona puede experimentar somatizaciones que generen síntomas, pero estaríamos hablando de los efectos del trastorno y sus consecuencias, no de una enfermedad como tal. Acuñamos al área psicológica/ emocional y social en la palabra trastorno.
Por ejemplo, una persona que presenta un trastorno por ansiedad: su manera de procesar la información le genera angustia, preocupación excesiva y ello deriva en la presencia de taquicardia, sudoración, náuseas… Su tratamiento sería realizar un tratamiento psicológico a manos de un profesional de la psicología para aprender a redireccionar pensamientos inadecuados y saber gestionar la activación de su organismo. Así mismo, si los casos son extremos es posible acudir un psiquiatra en busca de un calmante que ayude a la persona a gestionar su día a día. En este caso, el tratamiento es para el minimización de los síntomas, no para la cura de ello.
ENFERMEDAD MENTAL VS TRASTORNO MENTAL
Así mismo, no es lo mismo hablar de enfermedad mental que de trastorno mental. La diferencia entre ambos conceptos reside en que la enfermedad deriva de una alteración biológica o fisiológica (tiene explicación orgánica), mientras que el concepto de trastorno se debería a la desadaptación de la persona por medio de una modificación en su procesamiento cognitivo.
Por ejemplo, una persona que padece una enfermedad mental como la esquizofrenia requiere de un tratamiento médico (en su caso el psiquiatra), ya que su origen está en una descompensación neuroquímica en el cerebro. En este caso el tratamiento genera una modificación en el cerebro para que la presencia de los síntomas desaparezcan. No depende de la actitud y del trabajo mental de la persona, sino del funcionamiento físico del cerebro.