Resulta imprescindible comprender cómo se crea el movimiento muscular, porque de este modo podemos entrenar y ejercitarnos activando correctamente el músculo. Una mala activación a nivel de las fibras musculares conlleva un aumento en la probabilidad de sufrir lesiones. Y dado que el ejercicio resulta óptimo para optimizar las condiciones de salud, las lesiones no benefician sino que retardan el proceso.
COMPOSICIÓN DEL MÚSCULO PARA CREAR MOVIMIENTO
Toda estructura del organismo que nos compone está organizado a base de células. En el caso del sistema muscular, para poder crear movimiento, éstas células motoras se llaman fibras musculares.
Éstas fibras musculares se van agrupando formando conjuntos concretos al que se le denomina fascículos musculares. Y son el cómputo de estos fascículos los cuales componen el músculo final. Existen dos tipos de fibras musculares, las cuales cada una de ellas tienen unas características particulares:
1º Fibras blancas: con un tiempo de respuesta más rápido. Son grandes para provocar una contracción potente. Se compone de un retículo sarcoplasmático(un orgánulo que rodea a la miofibrilla, más a bajo se expone) más extenso, puesto que requiere de rapidez a la hora de liberar calcio en la contracción.
2º Fibras rojas: con un tiempo de respuesta más lento. Son más pequeñas. Cuentan con un mayor sistema vascular a su alrededor porque el aporte de oxígeno es primordial. Su función reside principalmente en llevar a cabo ejercicios que se prolongan en un tiempo.
A nivel general, en cuanto a la composición corporal, las personas que cuentan con más fibras blancas son aquellas que se dedican a ejercicios relacionados con el fitness o el culturismo por ejemplo (mayor desarrollo de fuerza muscular). Y las que presentan más fibras rojas son los corredores, los nadadores…(mayor desarrollo de resistencia muscular).
Al mismo tiempo, dentro de estas fibras musculares, encontramos las miofibrillas antes mencionadas. Éstas son de dos tipos:
1º Miofibrilla I: son más finas y se componen de proteína Actina.
2º Miofibrilla A: más gruesas y con proteína Miosina.
¿CÓMO SE CREA EL MOVIMIENTO MUSCULAR?
Cuando el Sistema Nervioso Central (SNC) considera que debe realizarse un movimiento muscular, éste se poya de la médula espinal para ordenar a las neuronas motoras que se activen. Las neuronas transmiten su información a partir de un potencial de acción (cargas eléctricas que una vez alcanzados unos minivoltios concretos, desencadenan un impulso nervioso).
Previamente, se ha comentado la necesidad de activar correctamente el músculo para evitar posible lesiones. Esto a nivel muscular se concibe como la excitación de todas y cada una de las fibras musculares que componen el músculo final. De este modo, se garantiza una contracción coordinada y el músculo está preparado para ejecutar su función.
REFERENCIAS
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Murray, B., & Kenney, W.L. (2017). Los músculos nos mueven. En Fisiología del ejercicio (1º ed., pp. 16-21). Madrid: Ediciones Tutor