¿Hemos pensado alguna vez sobre cómo nace la motivación y cómo se mantiene o qué la mantiene? No sé en qué medida, cuando las personas hablan de ella, son conscientes de que existe un ciclo en la motivación. La motivación nace, se activa; sin embargo, si no se alimenta, si no se crea un ciclo de reforzamiento, se apaga, se disipa.
Aun cuando parece que la motivación tiene una connotación positiva: se ve algo como generador de bienestar y satisfacción, ésta no siempre provoca sensaciones «sanas». Y es que éste concepto se subdivide en dos clases según su origen: intrínseca o extrínseca.
CLASES DE MOTIVACIÓN SEGÚN EL ORIGEN
1º Intrínseca:
Podría definirse como la motivación que nace desde el propio interés personal. Refleja el motor que acarrea bienestar personal. La persona actúa libremente: desde una pasión armónica y disfruta con su conducta y sus consecuencias.
2º Extrínseca:
La acción depende de un agente externo para ser ejecutada. Puede acarrear disfrute en algunas ocasiones, aunque no tiene porqué. Ésta se subdivide en 4 clases:
a) Regulación Externa: querer obtener una recompensa o evitar un castigo. P.e: Ir a entrenar todos los días para ganar un campeonato.
b) Regulación Introyectada: se internaliza la conducta pero la persona no la considero como parte de quien es o de su personalidad. P.e. Una deportista coge el hábito de pautar su nutrición (lo hace automáticamente, no se plantea hoy sí y mañana no), aunque no le gusta programar y preparar sus tapers cada noche.
c) Regulación Identificada: valora la conducta pero el motor es externo. Conoce los beneficios y los comparte, pero no actúa en base a su deseo. P.e. Una persona fitness acude semanalmente a natación (cuando nadar le aburre) para relajar su musculatura en el agua.
d) Regulación Integrada: La conducta guarda coherencia con sus valores y satisface sus necesidades. Aun así, el motor que la mueve es externo: recoge los beneficios. P.e. Una deportista acude a sesiones de councelling mensualmente porque conoce los beneficios de controlar los pensamientos y gestionar la ansiedad.
Veamos por tanto, los factores que hacen surgir la motivación y de qué manera es posible mantenerla constante.
Ingredientes del ciclo motivacional.
En este primer apartado presentaremos los conceptos que interfieren en la génesis de la motivación. Sabiendo esto, podremos comprender qué mecanismos alimentan o interfieren en el ciclo de la motivación.
La pasión
Tal vez el concepto de pasión lo consideremos algo exagerado, ya que existen grados intermedios que también podrían provocar que una persona realizase algo sin tener necesidad, por ello, de sentir pasión (hablaríamos del mero interés en actuar por conseguir algo en concreto). Aun así, definiremos pasión como ese interés fuerte e interno que tiene la persona sobre una idea. Así mismo, debemos tener presente, que todo proceso motivacional, que pretenda ser estable y constante en el tiempo, el interés debe expresarse en su grado más intenso. A pesar de ello, la pasión tiene dos tipos de expresión: la armónica (la cual resulta beneficiosa) y la obsesiva (la que perjudica). A fin de que la persona salga beneficiada en su proceso motivacional, lo óptimo es que la pasión armónica fuera la que sustentara la conducta.
*Para saber más sobre esto, les señalo una entrada en donde se especifican las cualidades de ambos estilos de pasión: pasión vs adicción .
P.e. La pasión por ser alguien que está sano lleva a la persona a tener interés en iniciarse en un entrenamiento específico dentro de un gimnasio.
La autodeterminación
Ya expusimos en la entrada «La Autodeterminación«, que esta teoría representaba la suma de tres aspectos importantes: el incentivo + la motivación + desarrollo personal. El incentivo era el «mini-motor» que ha originado que la persona tenga interés en realizar algo. La motivación, en cambio, representa ese impulso final que orienta a la persona a ponerse en activo y, finalmente, el desarrollo personal, implicaba la satisfacción de tres necesidades básicas : la autonomía, la competencia y la relación con otros.
En este punto, en el ciclo de la motivación, la idea de «una persona autodeterminada», conlleva que ésta se vea impulsada a realizar algo porque se ve capacitada y con recursos necesarios para emprender dicha acción. El sentimiento de control la lleva a tener confianza en sí misma, lo que genera una respuesta de acción y ejecución.
P.e. La persona, según vaya adquiriendo más habilidades y conocimientos en relación a cómo entrenar para estar sano, mantendrá la dinámica de ir a sus entrenamientos diarios/semanales.
La autorregulación
Éste concepto hace referencia a la capacidad personal por poder regular la conducta y gestionar lo que la misma actividad implica. La intensidad, la frecuencia, el tiempo a invertir… son parámetros que demuestran el grado de control que tiene la persona sobre la actividad .
Cabe añadir que quien disfruta de una pasión armónica, tiene un alto nivel de autorregulación: conoce sus límites, trabaja en lo que gusta y ello le satisface. No ocurre lo mismo cuando la pasión obsesiva está presente. En dicha situación, la satisfacción personal viene determinada en medida que la persona realiza o no su actividad. En este momento, el bienestar está comprometido, ya que la persona debe actuar (le apetezca o no) para sentirse satisfecho: baja capacidad de autorregulación.
P.e. La persona que tenga una pasión armónica entrenará lo que considere siempre y cuando disponga del tiempo. Disfruta con la práctica y sacaba beneficios positivos de ello (+ autorregulación). Pero, si experimenta una pasión obsesiva, la persona hará modificaciones en su día a día para ir sí o sí a todos sus entrenamientos (disminuyendo el tiempo en otras áreas de su vida). La obligación de «tener que hacer los entrenamientos» organiza la vida de la persona (- autorregulación).
El ambiente
Aun cuando los ingredientes anteriormente mencionados, parecen estar sujetos al funcionamiento psicológico y afectivo de la persona, el ambiente influye de manera significativa. Lo que ocurra o acontezca en el mundo que rodea a la persona, va a ejercer una influencia inevitable en el ciclo de la motivación. Analicemos los grados del ambiente:
1º Ambiente global
Tiene que ver con los aspectos que recogen todo lo relacionado con la actividad u objetivo que persigue la persona. Las creencias personales, las influencias externas (marketing, divulgación, discusiones, conversaciones, etc.). Todo aspecto general que engloba la idea que generó el interés inicial.
P.e: El aspecto global para iniciarse en un entrenamiento vendría determinado por: creencias de cómo se consigue estar sano, la cantidad de nuevos espacios destinados a ejercitarse, el márketing orientado a la salud, conversaciones sobre temas relacionados con gimnasios /entrenamientos, etc.
2º Ambiente contextual
Se relaciona con un círculo cercano al mundo de la actividad. Pasamos de conceptos teóricos /divagaciones mentales, a aterrizar la idea y tocar la realidad.
P.e. Cuando una persona acude a un centro deportivo o gimnasio. Ve las situaciones que se viven allí y sus dinámicas. Es consciente de lo que implica el estar allí: a nivel personal o a nivel social.
3ºAmbiente específico:
Es la situación más personal. Se ha adentrado y sumergido en la actividad que le suscitaba interés. Se tiene que desenvolver en la dinámica y aprender de lo que va sucediendo. Representa la parte en la que vive y experimenta.
P.e. La persona inicia el entrenamiento. Puede contar con un orientador, con el apoyo/ayuda de un compañero o tiene un instructor/entrenador que le enseña y dirige su autoaprendizaje. Aunque no es necesario que exista sí o sí alguien ahí. Puede darse un proceso de aprendizaje sin disponer de contacto alguno.
Mantener el ciclo de la motivación
Habiendo conocido las cualidades /factores/ variables que rodean al ciclo de la motivación, es momento de integrar todo el conocimiento y ver cómo se mantiene la motivación.
Inicio
1º Partimos de una idea que ha venido a partir de un pensamiento. Sin duda, aquí encontramos el rol del ambiente global para incitar e incentivar a la persona a que tenga en cuenta esa idea que ha surgido.
2º Dicho interés nos lleva a pensar más sobre el tema. Vamos alimentando ese ambiente global con mayor acercamiento y derivamos en la génesis de un motor interno que nos orienta a querer saber más: nos motivamos, nos ilusionamos.
3º Cuanto más vamos adentrándonos y más vamos elaborando la idea podemos ir transformando esa motivación en algo que nos apasiona. Algo que realmente sentimos que nos gusta y nos satisface. Nos hace crecer y nos provoca la sensación de bienestar. Definitivamente nos podemos en acción y arrancamos: entramos en acción.
ACCIÓN
4º Entramos en el ambiente contextual. La idea, el interés, la ilusión… toca tierra. Y mientras vamos evaluando lo que conlleva e implica aquello que queremos realizar, vamos sumando experiencias. Comenzamos a movernos por situaciones que se desenvuelven en lo que deseamos llevar a cabo y según van pasando los días o las semanas, ese ambiente contextual ha generado una serie de vivencias personales que nos alientan a querer involucrarnos: autodeterminación.
5º Una vez que la persona se sumerge y toma contacto con la actividad, comienza su periodo de aprendizaje. En este momento se empiezan a dar situaciones nuevas, una tras otra. Este momento es uno de los cruciales, ya que si en una de estas situaciones, la persona siente malestar/ incomodidad/ o efectos emocionales negativos, se desvinculará en una alto porcentaje de su interés inicial. El ambiente específico promueve experiencias personales que derivan en aprendizaje. Según pasa el tiempo y la persona va adquiriendo recursos, habilidades y mayores conocimientos, la motivación en la actividad puede verse reforzada a continuar en mayor o menor medida: autorregulación. Recordad que este punto del proceso, puede venir acompañado por terceras personas que ayuden u orienten o no.
EVALUACIÓN FINAL
6º Finalmente, los efectos que generan las primeras experiencias en la actividad son las determinantes en el reforzamiento y mantenimiento de la motivación. Si las consecuencias traen creencias, sentimientos y conductas positivas, la persona se mantendrá en la dinámica. Pero si por el contrario, los resultados ocasionan malestar o desagrado, el proceso de la motivación se detendrá. La motivación en este segundo caso perderá fuerza por el cúmulo se sensaciones negativas o experiencias insatisfactorias.
EVALÚA EL CICLO DE TU MOTIVACIÓN
Habiendo visto el ciclo completo de la motivación es hora de ponerse manos a la obra y evaluar qué sucede en tu caso en particular. ¿Por dónde empezar?
Por el principio.
Anota el proceso que te hizo comenzar en tu actividad. Después describe qué beneficios encontrabas y cómo te sentías. Después, intenta localizar el momento en el que comenzaste a sentirte des-motivada o amotivada (pérdida de interés). Cuando creas, más o menos, situar el momento en el que empezó la devaluación de tu actividad, pregúntate:
Preguntas:
- ¿Qué ocurrió en aquella época o en aquel momento?
- ¿Qué sentí en esa situación o en aquel momento?
- ¿Fue un problema a nivel conductual? ¿sentimental? ¿cognitivo?
- ¿Intenté mantenerme en la actividad aun cuando no deseaba?
- ¿Me forcé a llevarlo a cabo?
- ¿Le di importancia al suceso o a la situación? o ¿Presté atención a como me sentí?
- ¿Posibles reforzadores que te hicieron mantenerte en la actividad aun cuando no te apetecía?
Sin duda preguntas de este estilo, que hagan un análisis exhaustivo de lo que brotó por aquel entonces cuando comenzaste a notar una desmotivación, puede ayudarte a comprender porqué tu motivación a desaparecido o se ha visto estancada. Cuando hayas realizado este examen crítico y objetivo, podrás trabajar ese momento y reorientar tus pensamientos para reactivarte.
¡Tú puedes activar el ciclo de la motivación!
En todo caso, no dudes en consultarme . Dispones del buzón de contacto de abajo o del siguiente e-mail: contacto@saludparalamujer.online .Estaré encantada de atenderte y ayudarte a reactivar tu ciclo motivacional.
REFERENCIAS:
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